Los padres entraron a la habitación y vieron a Polia medio adormecida y a Gaia despierta esperando a sus padres para contarles sus preocupaciones. Cuando se lo contó, montaron en el carruaje con Polia aún dormida para conseguir llegar a tiempo al congreso de Melion.
A la mañana siguiente se despertaron para ver si el carruaje había alcanzado la residencia de Tobir. Gaia, al ver que no había aparecido, se asustó y se fue hacia los jardines. Su hermana, desolada, fue tras ella.
Pasaron diez lunas y Tobir siguió sin mostrar ninguna señal de vida. Gaia estaba cada vez más triste y enfadada con sus ejércitos porque la pequeña emboscada planeada por el padre de Tobir había resultado ser más bien una trampa.
Y justo cuando ya la esperanza era nula, un jinete en medio de la noche se mostró delante de las puertas del castillo...
"Esa misma noche, más fría de lo habitual,
una sombra escurridiza,
se coló por las rendijas,
en su mano zurda un puñal guarda
y en su diestra un saco manifiesta"
Sin dudarlo, los soldados le persiguen sin cesar.
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¿Conseguirán encarcelarlo? ¿Estará Tobir en la bolsa? ¿Quién es la sombra misteriosa?
Lo descubriremos en el próximo capítulo...
