Estuvieron persiguiendo al encapuchado por los pasillos, las celdas y hasta por las almenas. Pero era más rápido y muy escurridizo. Los soldados no habían sido entrenados para correr durante tanto tiempo, así que la Sombra solo tuvo que esperar hasta que los guardias se cansaron. El oculto siguió corriendo sin cesar, para poder ganar ventaja en caso de que sus perseguidores lo atraparan después de unos minutos de descanso y también para poder llegar a tiempo al lugar al que había sido convocado.
Cuando ya estaba bien entrada la noche, el rápido encapuchado tocó a la puerta de la manera la cual le habían enseñado. No tardaron en aparecer unos ojos detrás del vidrio que le separaba de la confortable y acogedora cabaña.
-¿Quién osa molestar al Rey Dormido? -dijo una voz ronca-.
- Soy yo -contestó sin pensar que aquella persona guardiana podía conocerlo.- ¿Puedo pasar?
-Adelante -dijo por sorpresa para la Sombra.
Aunque sabía que sería bienvenida, la Sombra todavía tenía sus dudas. No tardó en sonar el manojo de llaves tras la puerta. Pocos segundos más tarde, la puerta se abría ante sus ojos. Cuando entró, se dio cuenta de que, en realidad, era una señora mucho más menuda la que le había abierto la puerta.
Nada más entrar, una gran masa de gente se asomó para ver quién era el nuevo miembro que había llegado a la Choza. Cuando el encapuchado se descubrió, dio a conocer su verdadera identidad.
Era Líe, la princesa más mayor de Melion, la heredera al trono.
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¿Qué hará Líe en la Choza? ¿Qué es la Choza? ¿Dónde está Tobir?
Lo descubriremos en el próximo capítulo...
